Criptomonedas 

Bitcoin: el desafío de Ethereum como líder de las criptomonedas

El mercado de las criptomonedas ha recorrido un largo camino desde 2008, cuando bitcoin (BTC) se convirtió en la primera divisa digital descentralizada. Adicionalmente, su escasez y ventaja como pionera la convirtieron en la base del espacio de los activos digitales. Luego llegó Ethereum (ETH) en 2015, una red diseñada no solo para las transacciones sino también para el dinero programable.

Diez años después, la competencia entre bitcoin y Ethereum sigue dando forma a todo el panorama de criptomonedas. La flexibilidad, los contratos inteligentes y la arquitectura escalable de Ethereum la han transformado de una alternativa a bitcoin a un motor para las finanzas descentralizadas (DeFi), los NFT y más.

Históricamente, Ethereum ha demostrado ser un activo digital viable. Más económica que bitcoin, esta criptomoneda está impulsada por un ecosistema basado en contratos inteligentes, lo que contribuye a su mayor flexibilidad en comparación con bitcoin” asegura, Maria Agustina Patti, estratega de mercados financieros para Latinoamérica en Exness.

Ethereum sentó las bases para una nueva era de activos digitales. Su visión fundamental y directa de descentralizar las transacciones en línea al eliminar los intermediarios (es decir, los bancos, las empresas de tarjetas de crédito y las plataformas de procesamiento de pagos), preparó el camino para futuros desarrollos de la red.

Ethereum como activo digital «con rendimiento»

En 2025, la capitalización de mercado de bitcoin se disparó a 1.34 billones de dólares, casi el doble con respecto al mínimo del año anterior. Durante el primer trimestre de 2025, el volumen diario de transacciones de Ethereum alcanzó más de 17.2 mil millones de dólares y superó a bitcoin por cuarto trimestre consecutivo. Con el transcurso del año, ETH, la segunda moneda digital más grande por capitalización de mercado ganó aún más popularidad.

En agosto de 2025, ETH superó por primera vez la marca psicológica de USD 4000, ya que los mercados mundiales ya habían incluido un recorte de tasas de la Reserva Federal anunciado por el presidente de la Fed, Powell. Este momento decisivo para ETH, celebrado por los alcistas de las criptomonedas, no sorprendió a los referentes institucionales como Ryan Sean Adams, cofundador de Bankless, quien desde octubre de 2024 predecía la subida alcista de Ethereum.

Adams, que había seguido con atención el rendimiento de Ethereum, presentó una audaz proyección de lo que alcanzaría ETH. Esto equivaldría a casi USD 17 000 por token. Esta teoría se sustenta en una narrativa transformadora que reposiciona a Ethereum como una forma de «oro digital con rendimiento», algo que no resulta descabellado para nada, si tenemos en cuenta su evolución durante los dos últimos trimestres de 2025.

Ninguna de estas perspectivas es totalmente nueva, y cada una aborda aspectos clave del activo digital. Gracias a su sólida tecnología que sustenta proyectos DeFi, mercados NFT y una gran variedad de otras aplicaciones, ETH supera con creces la aplicabilidad de bitcoin.  Ethereum dejó de ser solo un vehículo para mover dinero digital.

Por lo tanto, “funciona como reserva de valor y como bien rentable en el espacio digital. Se enfoca en la utilidad, ofrece mayor liquidez, no hay límite en la oferta de ETH (mientras que la minería de bitcoin se detendrá cuando la oferta alcance los 21 millones de monedas) y tiene una característica de reserva de valor similar a la de la plata” agregó la estratega de mercados financieros para Latinoamérica en Exness.

Al mismo tiempo, la interoperabilidad de Ethereum, su aplicabilidad más allá de las finanzas, su rápida integración y su compatibilidad con otros programas replican el comportamiento del petróleo en el mundo digital.

Así como los países reabastecen sus reservas de petróleo con regularidad, las empresas acumulan reservas de ETH. El hecho de que 69 empresas globales posean en conjunto más de 4.1 millones de ETH (17.6 mil millones de dólares) en sus reservas refuerza esta hipótesis, en la que aún está por verse si ETH consolida su posición como activo similar a una materia prima.

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